sábado, 3 de octubre de 2009

Acerca de las competencias

ATENCIÓN PROFESORES

¿Qué no es una competencia?
Dra. Laura Frade Rubio
En los últimos talleres en los cuáles he participado con docentes de todos los niveles he observado una constante: que existe cierta dificultad para comprender lo que son y no son las competencias. Esto porque pareciera que cualquier frase en la que se emite una proposición sobre lo que hace un sujeto se considera como una de ellas. Así, se interpreta que: elabora una descripción de la casa en la que vive, o bien, diseña un álbum fotográfico de la familia, son competencias cuando en realidad no lo son.
Por definición, una competencia es una capacidad adaptativa, cognitiva y conductual que se despliega frente a las demandas del entorno. Es adaptativa porque el sujeto que la tiene se modifica asimismo frente a las necesidades que observa en el contexto, es cognitiva porque utiliza el saber y el pensar para resolver lo que enfrenta, y es conductual porque hace algo concreto que responde a lo que quiere llevar a cabo frente a la demanda que identifica. Una competencia es, por tanto, un saber pensar para hacer frente a diversas situaciones. Es un desempeño específico que se describe como una proposición al observar lo que sabe hacer un sujeto que se considera competente. No es un comportamiento solamente, ni mucho menos una conducta que se ejecuta sin razón, es un producto cognitivo: lo que el sujeto piensa hacer lo lleva a cabo para lograr una meta específica, poniendo todos los recursos que posee en juego: sus conocimientos, sus habilidades de pensamiento, sus destrezas, actitudes, valores, creencias, percepciones, etc.
Una competencia sería, por ejemplo:
Toma una postura frente a los problemas de identidad que se derivan de los procesos de globalización.
En donde lo que se describe es lo que el sujeto sabe hacer frente a las dificultades que emergen de la globalización con relación a la identidad, lo que incluye que posee una serie de conocimientos, habilidades de pensamiento, destrezas y actitudes sobre la identidad nacional, mismos que pone en juego en diferentes circunstancias, como cuando se va de viaje, se emigra, o bien se defiende al país en circunstancias adversas.
Una competencia es entonces un resultado de lo que se sabe, piensa y decide hacerse, es algo que se hace a lo largo de la vida, y por tanto no es una actividad concreta muy específica. Es lo que el sujeto despliega frente a contextos diversos que requieren poner en juego un saber hacer determinado.
Una competencia NO ES:
- Elabora una monografía de su estado.
Tampoco es:
- Dibuja una bandera.
Porque en ellas, no se está describiendo el desempeño complejo que realiza una persona frente a diversas situaciones. Es decir, el comportamiento que se logra trasladar de manera continua no importando dónde se encuentre el sujeto. Elabora una monografía del estado, no describe lo que la persona sabe hacer frente a todos los contextos, como sí lo sería: Se identifica con los valores de su estado y localidad, y los defiende. Asimismo, dibuja una bandera, tampoco describe lo que el estudiante sabe hacer en otros contextos, en cambio: se reconoce en los símbolos patrios como mexicano, sí lo señala.
Por lo tanto, elabora una monografía o dibuja la bandera, son meras actividades de aprendizaje, que pueden servir para desarrollar las competencias o no, esto dependerá de cómo se diseñe la situación didáctica en el aula.
Más aún, una competencia, tampoco es:
-Que los alumnos identifiquen las causas sociales, económicas y políticas de la Independencia de México.
Ni tampoco:
-Que los estudiantes reconozcan los principios filosóficos y los valores que llevaron a la lucha a los Insurgentes como base del México Independiente.
Porque las anteriores proposiciones describen el proceso que tendría que llevar a cabo una persona para adquirir el conocimiento necesario en historia y civismo, por lo que técnicamente son aprendizajes esperados, pero éstos no son suficientes para desarrollar las competencias de la historia que son necesarias para la vida del Siglo XXI, entre ellas, y a manera de ejemplo, en esta temporada de fiestas nacionales:
- Ejerce su identidad como mexicano en cualquier circunstancia que se le presente.
- Explica la realidad actual mediante el análisis del pasado, sus acontecimientos e impactos.
- Toma de decisiones y posturas frente a proyectos futuros tomando como base las lecciones que emergen de las evidencias y hechos históricos.
- Identifica las lecciones aprendidas que surgen de los diferentes hechos y eventos históricos y las aplica en su vida cotidiana.
En suma, las proposiciones anteriores definen lo que se sabe hacer con la historia a lo largo de la vida, son ejemplos de competencias porque resultan de procesos de pensamiento y ejecución mucho más complejos que sólo saber mucho de la misma, implican que en cualquier circunstancia, como cuando se participa en el Grito, uno se identifique como Mexicano y decida serlo de acuerdo a los valores que hemos sustentado a lo largo de nuestra trayectoria, lo que trae como consecuencia defender lo nuestro. Obviamente que este hacer en específico no excluye, por ejemplo, el saber sobre la Colonia y la Conquista, por el contrario se profundiza en ellos al analizar el hoy a partir del ayer retomando los aciertos para repetirlos y los errores para evitarlos en nuestras acciones futuras.
En este sentido de uso, muchas personas señalan que las competencias son meras entidades pragmáticas en las que el conocimiento es utilitario, que no se busca desarrollar en los estudiantes simplemente el amor por el saber. Es cierto. Las competencias, como metas curriculares son pragmáticas, no porque desprecien el conocimiento, sino porque buscan hacer algo más con él. Se enmarcan en una concepción profundamente humana que describe lo que es un hecho para los seres humanos: no hay separación entre la teoría y la práctica (Dewey), en realidad todo lo que se piensa se usa de una manera u otra, ya sea por ejecución o por omisión, y no reconocerlo huele a hipocresía.
Usamos el conocimiento cuando tomamos posturas ideológicas, cuando criticamos un discurso, cuando explicamos a los niños porque Miguel Hidalgo dio el Grito y nos ponemos de fiesta, o bien no lo usamos y lo dejamos a un lado sabiendo que pudiéramos llevarlo a la práctica para bien, cuando sabemos que algo está mal y nos seguimos de largo.
En suma, contar con la claridad necesaria sobre lo que es y no es una competencia nos permitirá planear, intervenir y evaluar las nuevas reformas, no importando si estás cuentan con marcos teóricos y estructuras diferentes, bien hechos o no, porque quién debe brindar la cohesión necesaria para desarrollarlas en el aula son los docentes.

Bibliografía:
Dewey John, Experience and education, Rockefeller Center Foundation, Touchstone, 1997.
Frade Laura, Desarrollo de competencias en educación, desde preescolar hasta bachillerato, Mediación de Calidad S. A. de. C. V. México, D. F., C. P. 04230.

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